NO PIERDAS EL TIEMPO LEYÉNDOLO. ¿O SÍ?
Una espinita menos.
Este libro fue un regalo por mi primera comunión (ceremonia a la que tuve que asistir obligado ya que era totalmente contrario a ella; el drástico ateísmo que siempre he profesado fue el causante de esa oposición), allá por el año 1981. He de decir que nunca conseguí leerme de pequeño esta obra y que por fin esta semana he conseguido terminarla.
Siempre me he preguntado por qué nunca lo había conseguido leer pero siempre pensé que esto se debía a mi falta de costumbre en la lectura en aquellos años, algo que con el tiempo he ido cambiando hasta convertirme en el típico lector omnívoro que devora casi cualquier cosa con la angustia de saber que me va a faltar tiempo para leerme siquiera la mitad de los libros que tengo en casa. Pero aquella falta de costumbre de lectura no es la única razón de que no pudiera leerme nunca el libro. La verdadera razón siempre fue el estilo literario utilizado en esta adaptación juvenil de la obra de Edmundo de Amicis que desembocó en un abandono repetido de su lectura a las primeras de cambio cada vez que intenté llevarla a cabo.
Y es que la obra me transmitía todo lo que yo odiaba de pequeño: cursilería, ñoñería y sensiblería en cantidades industriales. Esta sensación que me transmitía se debía a la clara búsqueda del autor por la exaltación de valores tales como el sacrificio, el patriotismo, la nobleza de espíritu, etc., al estilo de lo que podrían ser aquellos entrañables cómic de Hazañas Bélicas, los cuales siempre me han producido un mayor placer de lectura. Esa exaltación está buscada por parte del autor de una manera tan forzada y evidente que muchas veces me ha producido rechazo y vergüenza ajena. He de decir que, seguramente, la obra original será mucho más interesante porque me niego a pensar que una obra clásica como ésta tenga un estilo tan tedioso y tenga tan poca calidad literaria.
ARGUMENTO
El libro nos narra las vivencias de un niño, Enrique, contadas por él mismo a través de un diario en el que relata tanto sus experiencias con compañeros y profesores en la tercera elemental en su colegio como las de su familia, vecinos y padres de compañeros. Además de estas vivencias, Enrique narra el cuento que es leído en su clase cada mes (a cada cual más triste pero con unos personajes nobles que nos inspirarán más lástima aún) y unas cartas escritas en su mayoría por su padre y otras por su madre y hermana. Estas cartas están llenas de consejos que buscan enseñarle al pequeño Enrique cómo deberá comportarse en su vida para alcanzar esos ideales nobles que tanto exalta Amicis.
ESTILO Y FORMA
Está claro que la lectura de este libro hoy en día no es lo que más nos puede gustar pero hay que tener en cuenta el contexto histórico-temporal en el que la obra fue escrita, la Italia de 1866. En un período histórico-cultural marcado por la tercera guerra de independencia italiana, la obra de Amicis contribuyó a asentar la unidad del pueblo italiano a través de esos valores de sacrificio y patriotismo. Para un análisis más completo de la obra aconsejo visitar el siguiente enlace.
Destaca entre los cuentos mensuales, el llamado "De los Apeninos a los Andes", protagonizado por el personaje Marco que dio lugar al famoso Anime japonés creado en 1976.
CONCLUSIÓN
No se te ocurra perder el tiempo en leerlo, a no ser que seas el típico lector ávido de conocimiento y quieras acercarte a una obra que influyó en tantas generaciones y además quieras comprender mejor la psicología y la historia de la época del autor, cosa que nunca está de más. Yo por mi parte, he cumplido una de esas cosas pendientes que tenemos en la vida y que parecía que jamás la llevaría a cabo. Unos 33 años he tardado en leerlo. Una espina sacada.
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